10 noviembre 2006

¿HASTA CUANDO LOS CUBANOS SIN INTERNET?



Material extraido de Reporteros sin Fronteras

"Con menos de dos internautas por cada 100 habitantes, Cuba figura entre los países más retrasados en materia de Internet.

Es, con mucho, el menos surtido de América Latina -Costa Rica tiene 13 veces más- y se sitúa al nivel de Uganda o Sri lanka. En una isla que presume de tener uno de los niveles de educación más altos del planeta, esto es algo que sorprende.

Las autoridades defienden ese catastrófico balance esgrimiendo el embargo norteamericano, que les impediría equiparse con el material necesario para el desarrollo de la Red. Explican que, al no poderse enganchar al Internet mundial a través de cables ópticos submarinos, sus posibilidades se ven reducidas a utilizar conexiones por satélites que son costosas y menos eficaces.

Este argumento puede, de hecho, explicar la lentitud del Internet cubano y las interminables filas de espera en los cibercafés. Pero no justifica en absoluto el sistema de control y vigilancia de la Red, creado por las autoridades, en un país donde los medios de comunicación están bajo la bota del poder, naturalmente se ha convertido en una prioridad impedir la circulación de información independiente por Internet.

La investigación llevada a cabo por Reporteros sin Fronteras revela que el gobierno cubano utiliza varias palancas para garantizar que ese medio de comunicación no se utilice de forma « contrarrevolucionaria ».

Para empezar, prácticamente tiene prohibidas las conexiones privadas a la Red. Por tanto, para navegar o consultar sus e-mails, los cubanos tienen obligatoriamente que pasar por puntos de acceso públicos (cibercafés, universidades, « Club joven de computacion», etc.), donde es más fácil vigilar su actividad.

Después, la policía cubana ha instalado, en todos los ordenadores de los cibercafés y de los grandes hoteles, programas que desencadenan un mensaje de alerta cuando encuentran palabras-clave « subversivas ». Por otra parte, el régimen se asegura de que los opositores políticos y los periodistas independientes no accedan a Internet. Para éstos últimos, comunicar con el extranjero es un auténtico calvario.

Finalmente, el gobierno apuesta por la autocensura. En Cuba se puede condenar a veinte años de cárcel por algunos artículos « contrarrevolucionarios » publicados en sitios extranjeros, y a cinco años simplemente por conectarse al Net de manera ilegal, y pocos internautas se atreven a desafiar la censura del Estado, y correr ese riesgo.

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