02 mayo 2006

Amenazan nuevamente a Enrique García Morejón

Ciego de Avila, Cuba, mayo - Enrique García Morejón, activista de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, denunció que fue llevado a un juicio público con el jefe de la Seguridad del Estado del municipio de Vertientes, en Camagüey, el Mayor Isaac Rodríguez Mendoza y las autoridades locales.

Refiere García Morejón que recientemente el jefe de sector de la policía nacional lo amenazó con cárcel inminente bajo un índice de peligrosidad social. "El jefe de sector de la policía no cesa de acosarme desde que salí de la prisión a finales del año 2005. Me ha citado en siete ocasiones y me puso detenido una semana en instrucción policial. Allí fui visitado por el mayor Isaac, jefe de la Seguridad del Estado del municipio de Vertientes, Camagüey, quien me dijo: 'Nosotros somos los que mandamos', y me lo dijo en forma burlona. Además, el Mayor Isaac me llevó ante un juicio público con las autoridades locales de Vertientes, donde me dijo que sería encausado de inmediato por peligrosidad social pre-delictiva".

Enrique García Morejón, de 32 años de edad, fue declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional. Extinguió tres años de privación de libertad por protestar en el hospital provincial de Ciego de Ávila, cuando un policía fracturó la cervical al periodista independiente Jesús Álvarez Castillo.

Morejón, un original periodista, redactó hace unos años, este artículo que hoy Voces somete a la consideración de ustedes:

DESILUSIONANTE SUEÑO

por Enrique García Morejón

Camaguey, mayo - Ayer en la tarde me tiré a descansar en la cama luego de una larga peregrinación en bicicleta, que es el medio de transporte mas accesible para los cubanos. Al instante, me sumí en un profundo sueño.

Irrumpí en la cocina de mi casa y ¡rebosé de alegría! Era increíble lo que veía, y que para cualquier persona de otro país era una situación normal. La vieja trajinaba entre los calderos de los cuales salía un olor ya olvidado por mí. Sin embargo, la vieja no me dejó probar nada.

Desconsolado por la frustración, me dirigí hacia el baño con la resignación de poder ingerir algo después. Mientras esperaba, mis hermanos y yo recordamos los cuentos que nos narraba nuestro abuelo sobre la alimentación balanceada de otras épocas.

Al fin mi madre sirvió la mesa y ordenó que nos sentáramos. ¡Qué maravilla! Ante mis desorbitados ojos había congrí, plátanos tostones, yuca con mojo y una fuente con bisteses. Estos últimos parecían un sueño dentro del sueño.

Cuando logré salir del letargo, agarré un bisté y comencé a llevarlo hacia mi boca pero, en el preciso momento que lo iba a morder, una mano me haló por el hombro y sentí una voz que me dijo: ¡Despierta, es la hora de comer!

Me tiré de la cama todavía ilusionado con los manjares que compartiría con mi familia pero, qué decepción, en la mesa sólo había dos platos: plátano burro hervido y "caldo loco", una especie de sopa confeccionada con cualquier vianda o vegetal.

Aún le reprocho a la vieja, a mi madre, el haberme despertado de aquel sueño.
(Tomado de Cubanet)

No hay comentarios: