Agentes de la policía, en coordinación con un grupo de inspectores de la oficina de precios del Poder Popular en Camagüey, realizaron una operativo en la terminal municipal de ómnibus contra los vendedores particulares que frecuentan la mencionada terminal para ofertar sus productos.
La policía llegó al lugar sorpresivamente para arrestar a los vendedores al tiempo que les retiraba el carné de identidad. Los comerciantes fueron conducidos a la primera unidad de policía, en la que fueron multados con 500 pesos, y se les decomiso las mercancías: caramelos, dulces y bocaditos. A los 23 vendedores les fue levantada un acta de advertencia.
A pesar de esta acción, al siguiente día muchos de los vendedores retornaron a su trabajo como cuentapropistas en la terminal de ómnibus. Ante la pregunta de cómo se atrevían a arriesgarse regresando al mismo lugar donde fueron arrestados, uno de ellos respondió: "¡Qué vamos a hacer! Hay que seguir o nos morimos de hambre". (Fernando Tabares)
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