22 junio 2006

Condenan en Cuba a influyente dirigente comunista

La Habana, junio - Un influyente dirigente comunista fue condenado a 12 años de prisión por tráfico de influencias, en medio de una campaña encabezada por el gobernante Fidel Castro para acabar con la corrupción en el país.

Juan Carlos Robinson Agramonte, durante años secretario del Partido Comunista (PC) en varias provincias y luego con cargos en el ámbito nacional, fue enjuiciado el 16 de junio por un tribunal en esta capital, informó una nota del Buró Político.

Las deliberaciones de la corte iniciaron con una solicitud de la fiscalía de 15 años de cárcel, pero la defensa logró una reducción, agregó el comunicado.



"En la sentencia dictada quedó demostrado que Robinson Agramonte, en franco proceso de debilitamiento ideológico, con abuso de su cargo, olvido de sus altas responsabilidades y de la probidad exigida para un cuadro revolucionario, hizo uso de sus influencias con el propósito de obtener beneficios", consideró el PC.

Además los tribunales impusieron la privación de su derecho al sufragio y a ocupar cargos de dirección en organismos públicos por esta docena de años.

De 49 años de edad --nacido un 16 de julio de 1956-- el caso de Robinson salió a luz cuando a finales de abril otro comunicado del PC informó sobre su destitución, mientras se aseguró que se investigaba las consecuencias legales de sus actos.

Sin embargo, en ningún momento el Partido ha informado cuales serían los "graves" actos de corrupción que se le imputan.

El reporte de la institución partidaria indicó que durante el juicio del pasado viernes se le permitió al inculpado hacer uso de sus derechos y contó con la asistencia de un abogado designado por él mismo.

"Durante la vista oral depusieron 16 testigos y fue analizada una amplia prueba documental. El acusado se declaró responsable de los hechos imputados y agradeció el tratamiento recibido durante la instrucción del expediente de fase preparatoria", señaló el comunicado.

Además con claro mensaje ejemplificador consideró: "En nuestro país nadie, con independencia de sus responsabilidades y méritos, puede violar la ley. Quien lo haga recibirá inexorablemente el peso de la justicia revolucionaria".

Desde finales del año pasado, Castro lanzó una campaña contra "los nuevos ricos" y las disciplinas sociales con especial énfasis atacando al mercado negro y a la corrupción en los cuadros.

Desvíos de fondos, sobornos o aceptación de regalos por parte de quienes dirigen el país fueron considerados una suerte de "quintacolumna" de la revolución, opinó Castro. (AP)

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