Ciudad de La Habana, marzo - Los agentes de la policía de la capital cubana continúan atropellando a los trabajadores por cuenta propia. Ya es la norma que los policías empujen, insulten y golpeen a los detenidos por sospechas de que venden algún producto, y que luego los acusen de "desacato" o "resistencia".
En ocasiones tener en la mano dos pares de medias es motivo para el arresto, decomiso y multa.
Casi todos los vendedores ambulantes venden mercancías que han adquirido en las tiendas del estado y obtienen sus ganancias al proponerlas a domicilio o en las calles, a un precio más alto.
Los ciegos y minusválidos no pueden vivir sin acudir a este tipo de comercio. Los ciegos detenidos tienen que firmar un acta de decomiso que, por supuesto, no pueden leer. Los policías les entintan el pulgar de la mano e imprimen su huella al pie del documento. Esto ocurrió a un ciego conocido como El Bola el pasado 9 de marzo en la unidad policial de Dragones y Zulueta.
Por otra parte, el pasado viernes una mujer fue empujada por varios policías en la unidad de Zanja. La mujer fue derribada con tanta violencia al piso que luego lloraba y se quejaba de dolor. Fue la reacción de los policías ante la insistencia de la mujer en no permitir que le decomisaran unos productos. (Cubanet)
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