11 abril 2006

Gracias a la santería, un pato se hospeda en hotel de lujo


La Habana, abril - Los ritos de la santería son uno de los principales motivos de "preocupación" para los animales de corral en Cuba, o al menos lo eran, porque al parecer un pato supo sacarle jugo al asunto hasta el punto de hospedarse en un hotel de lujo.

Gallos, chivos, cabritos, palomas y codornices son utilizados habitualmente en ritos de ofrenda a las deidades de las religiones afrocubanas, rituales que generalmente pasan por el sacrificio y buscan limpieza de malos espíritus, favores, suerte o retribuir peticiones concedidas.

Ese parecía ser el destino de un pato que hace alrededor de dos meses apareció en un popular hotel de cinco estrellas de La Habana situado a orillas del mar. Los trozos de tela roja, morada y amarilla amarrados a sus patas sirvieron como credencial de que el animal había formado parte de un rito de santería y eso fue suficientemente disuasorio para que nadie se atreviera a mostrarle la puerta de salida del establecimiento.

Desde entonces nada tranquilo en el arroyo artificial que recorre las instalaciones del hotel, disfruta de las sobras de las comidas que los turistas le tiran y vive plácidamente entre el ornamental ecosistema organizado para el deleite de los huéspedes. Yaima, una empleada del hotel, asegura que es la "sensación" y que visitantes y hasta trabajadores "le tiran migas de pan y comida". "Nadie sabe cómo llegó aquí y nadie se atreve a tocarlo", explica.

Otro trabajador, Rigoberto, dice que "sólo le falta una pata", una compañera, para estar en la felicidad más absoluta y, aunque afirma que sólo cree "un poco" en los ritos de la santería, reconoce que le infunden "respeto" y que no se atrevería a sacar al ave del lugar. "No, no, eso no es mío. El que lo quiera tomar que lo tome, yo no quiero saber nada de eso", comenta.

Las cintas de colores tienen su destinatario: el morado a Babalú-Ayé (San Lázaro, en la imaginería cristiana), protector contra las enfermedades, el amarillo, a Ochún (Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba), que protege y da dinero, y el rojo, a Changó, el dios de la guerra. Cualquiera que fuera el motivo del ritual, lo que sí parece es que no salió bien y la diosa no aceptó el tributo. "Si es recibido se pierde en el mar, así que parece que no lo quisieron y la ofrenda no se llevó a cabo", dijo.

Para lamento del que hizo el sacrificio, el pato sigue vivo y disfruta de su nueva condición y no sólo eso, todos aquellos que lo rodean deberían esforzarse porque esté "lo más cómodo y satisfecho posible", según Bolívar. "Toda persona que le dé comida y lo mime se limpia (de la influencia de espíritus malignos); hay que tocarlo y cuidarlo y eso le hará bien a la persona que lo haga", apuntó.

Por si acaso, y quizá para no perturbar la tranquilidad del pato, el huésped más pintoresco del hotel, la dirección del establecimiento no autoriza a la prensa tomar fotos del animal. (José Luis Paniagua, EFE)

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